
Diciembre me ha hecho notar que en las noches en las que me duermo tras haber ingerido alcohol (5 de las últimas 6 noches), los recuerdos de lo soñado tienden a ser nulos, pero la última noche solo tome un refresco cola (que no es auspiciaste del blog y por eso no lo nombro), y todo volvió a la normalidad:
Necesito cambiar dolares, haber venido a una agencia de cobros (que tampoco es auspiciante) es algo totalmente coherente. Con mis dolares en la mano salgo a la calle, mas precisamente General Flores, y me adentro en un negocio cercano: una juguetería. La decoración es un tanto minimalista, en las repisas apenas se ven juguetes, debe ser por la proximidad de la Navidad. En un salón apartado, pero dentro de la jugetería, me encuentro con Joel Rosenberg en actitud sospechosa, se está guardando, entre la ropa, juguetes hechos de madera.
-¡Joel!- Grito al darme cuenta -¡Sos cleptómano!
-No.- Responde tajantemente -Solo lo hago con juguetes y agua oxigenada.
-Ah...- Por alguna razón la respuesta me parece coherente.
Decido acompañar a Joel (o el decide acompañarme a mi, eso no lo tengo claro). Tomamos General Flores rumbo al Palacio Legislativo y en una cebra vemos dos hombres tirados sobre sus espaldas, están en medio de algún tipo de manifestación artística, pero no nos detenemos, seguimos nuestro rumbo. Al llegar al Palacio noto que está rodeado por un inmenso parque con frondosa vegetación e incluso cursos de agua, una imagen como esa solo puede ser descrita de la forma que se merece en un relato griego. Se nos acerca alguien que parece ser amigo de Joel, el primero invita a éste último a que lo persiga e inmediatamente sale corriendo a una impresionante velocidad. Pero Joel no se queda atrás, reacciona al instante y se lanza al acecho; la situación me resulta lo suficientemente curiosa como para querer saber de que se trata todo eso, así que también me lanzo a correr sorprendiéndome a mi mismo por la velocidad que alcanzo, soy tan rápido como ellos. En un barranco Joel le da captura al, para mi, desconocido y los dos ruedan de forma espectacular hasta quedar tendidos en el pasto. Sin aparente dolor ambos se ponen de pie y comienza una batalla de golpes y espectaculares movimientos, el ritmo y vigor del enfrentamiento hace que la lucha se desplace hacia las puertas del Palacio Legislativo y ahora ambos visten armaduras doradas, el extraño porta la del signo de Aries, la de Joel no logro reconocerla. Yo intento separarlos con la ayuda de mi armadura plateada, pero es inútil, paso desapercibido y resulto muy golpeado, mi barra de energía (de esas que aparecen en los juegos de lucha) casi se agota, apenas se ve el color rojo que esta llegando al final así que tengo solo una oportunidad, concentro toda mi energía y les lanzo un ataque incandescente que logra detenerlos.
... Al parecer el alcohol aún está haciendo efecto en mis sueños, pues solo hasta ahí recuerdo.